martes, 22 de noviembre de 2011

SANDALIAS DE MERCURIO


FOTO TOMADA DE: http://www.google.com.mx/imgres?q=budismo+zen&um=1&hl=es&sa=N&biw=1366&bih=683&tbm=isch&tbnid=tLEEwEzNRUe4-M:&imgrefurl=http://yogaymedicinaoriental.blogspot.com/2008_08_01_archive.html&docid=nVZf5tbAnnyLDM&imgurl=https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiaAHEl0Q1ndu1OMX4HaGsCbhobA3QJ5dUAb_IRzCD6usHFkPZrkJLqriUZwylZDaQmz_TndhcigvMGysJP8vmSNP8EesiHaQvviLtH2ovWzjnPZfNV6RcdB_e00fka4x3dwcSxwlgFMy9P/s400/399175102_7d6eb7ae66.jpg&w=400&h=300&ei=xgrMTqmTGK6hsQKluozADg&zoom=1&iact=hc&vpx=559&vpy=373&dur=48&hovh=194&hovw=259&tx=113&ty=92&sig=114038092006538952485&page=11&tbnh=140&tbnw=185&start=212&ndsp=23&ved=1t:429,r:18,s:212


Salgo a caminar como cuando salgo al cuerpo,

a la desolación de mis extensiones,

a ese páramo en donde la muerte alza fogatas

y el sabor de otras pieles sudan el sofisma que es la carne.



Mis pies, ruedas sin eje, siembran de surcos el extravío,

trazan la geografía en la que los caminos se pierden altivos de distancia.

Lo lejos, lo cerca, las múltiples divisiones que conforman al espacio,

son las olas en donde puedo arrastrar mis tristezas

rasparlas y desangrarlas, ahogarlas como un recuerdo, dejándolas sin imagen.



Lo que fui es un puñado de tierra árida que se disuelve en la ventisca.

Soy un montículo de días encumbrado en las montañas de Coahuila,

soy piedra frágil a la que desdibuja la tormenta

y que, ya astillas infinitas, me usa de puñal para darle muerte a otras piedras.



Toco mi cuerpo como toco al día, al camino de mi polvo.

Soy mi propia vía en donde la ruta de las eras ha diluido su caudal.

De la mano vamos el universo y yo, yo y el universo.

Hemos clausurado el camino, cortado el herraje de nuestras alpargatas

que emancipadas de espacio, vuelan como sandalias de Mercurio.

jueves, 17 de noviembre de 2011

PUEDO HACERTE HABLAR





Veo al mundo y estallo de mí, me colmo de mí, de nada, incluido el todo.

Millones de niños, millones de galaxias, un microscopio solar son mis manos, resguardo lo infinito.

Tu pelo es una parvada con alas de hojarasca

y tu sonrisa un jeroglífico esculpido en el desierto de tu rostro.

Y al decirlo toda tu belleza me pertenece.

Soy poderoso, puedo crear y destruir: río reptil que camina entre la verde espesura del monte,

agua marchita ante el fuego ya ceniza, que nombra a la ceniza abandono, al abandono silencio.

¿Habéis visto el poderío que traigo?

Puedo hacerme salir del cuarto contiguo,

aún y cuando yo estoy aquí,

puedo romper el sueño con mi crujido de rama.

Puedo penetrar tus ojos, hacerlos declinar, sorberles el paisaje,

hacerlos llover sobre la desolación de mis palabras.

Puedo cortarte el sueño, drenar las horas estancadas en el reloj,

llenar de ecos las bocas apagadas.

Puedo escribir la página de tus ojos con la sangre del silencio,

puedo imaginar que puedo,

y puedo hacer que imagines que puedo.



Puedo hacerte hablar y guardar silencio:














ESTÁS EN MIS OJOS




Estás en mis ojos, presa de luz y de insomnio, libre de mi mano.


Me estorba el espacio, me enredo entre caminos, tropiezo con los charcos,


y veo que te vas entre el follaje de las cosas mundanas.


Aprieto mi puño, resuelvo tu nombre, y te has ido como se va una hormiga a su hormiguero.





Pinto árboles como te pinto,


los pinto pensando en tus senos, en tus piernas, en tus caderas, en tu orquídea.


La hierba está mojada.


El pájaro canta y el cielo también: de su boca sale un pájaro.


Las flores están solas, como tú estás sola, sola conmigo, sola sin mí, sola sin ti.





Y te quedas quieta y sola.


Sola.


Sola como la palabra que te llama sola.


Sola como el océano, como Dios, como todo.


Porque los muchos están solos, yo, poco, estoy a tu lado chupándote la soledad,


bebiendo tus horas vacantes de caricia.





Estoy sentado en la cama mirándote dormir, a plena luz del día,


parece un sueño verte soñar, quizás me sueñes, quizás tan sólo seas una golondrina


presa en la jaula de mi sueño.


Y he de dejarte ir…para que mores los sueños de otros ojos,


para que habites los párpados vacíos de alguna fiera criatura.


Te llevarás mi soledad ¿no es cierto?, pero, ¿me dejarás la tuya?


Al mar donde no se posa la compañía de los astros


He vertido el sueño en que fuimos.

viernes, 11 de noviembre de 2011





No me preparo para nada, no quiero llegar a ningún lado. Todo cuanto pueda llegar a ser ya lo soy. Obro, pienso y siento en función de mi estado presente. Soy realmente pleno, no hay nada que haga el día de mañana, o que haya hecho el día de ayer, que me haya aumentado una décima de mi calidad como persona. Voy descubriendo lo dado, y lo dado es esto que veo aquí.

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¿Qué se agita en los corazones de los hombres día con día? Hacer dinero o ser más hermosos. Lo veo y no necesito mayor estudio para probarlo. Y todo está en función de los deseos y de la ilusión de pensar que todavía se puede tener más, o que se puede echar al mar alguna carga pesada. Nunca veo en ellos la razón de lo presente, la suprema capacidad para la negación de este mundo.

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El orden de las cosas todas de este mundo está puesto en el hacer. Incluso santos participan de esa devoción por las obras. Pero eso es sólo una forma de expresar la infinita quietud que yace en nosotros aún amodorrada, y que no necesita de otras formas que no sea ella misma para estar al compás del universo.


He visto que mis días son muy cortos, que apenas y soy una hebra de hilo en el tapete inmenso de la eternidad, una porciúncula aún diminuta de todo el mar del espacio. Ya no me preocupa morir mañana, ni me preocupa borrar mis “errores” de ayer. Todo se disolverá, todo llegará a la consumación aún y con mi pequeña gloria o mi suprema mediocridad.

En tantas otras como en ésta tuvo razón cierto sabio: las mejores etapas de nuestras vidas son aquellas en las que nuestras flaquezas nos han parecido más dignas de orgullo que nuestras supuestas virtudes.

Es cierto, nada ánima más al espíritu el saber que se va por el camino propio y no por el que piensan los demás que se debería ir. Uno busca la forma de ser pleno, y eso solamente uno lo sabe. Ya sea siendo un supremo haragán o un acometido rey, igual da buscar el lugar que el Karma designó para cada uno en el universo.

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