domingo, 12 de junio de 2011

ESQUIZOIDIA









1.- contacto vital con la realidad (Una interpretación de Eugène Minkowski sobre la filosofía bergsoniana).
Todo lo que la realidad tiene de positivo, su dinámica incomprensible, su contingencia absoluta, ha de absorber la presencia estática de aquello que pedagógicamente le llamamos “ser”. El alienado ya no experimenta esta absorción. No conoce límites entre su propósito fundamental de origen propio, y la interacción que debe asumir como necesaria dentro del mundo, es decir, sufre un extrañamiento de éste en una autosegregación que lo deja por completo fuera de lo real.
¿Qué es lo real? Lo real no es un ente, una conjunción (a manera de estructura), sino la interacción que se crea dentro de la estructura del yo no-yo. La realidad no es estar en un “adentro” o un “afuera”, sino en una participación que hace intercambiar posiciones, de manera intermitente, al individuo y al “mundo” respecto de su tendencia a la consciencia, misma que sirve de plataforma para la consecución del ideal o valor que nos es más propio.
La realidad es a la consciencia lo que la vida al impulso surgido del deseo posible. Cuando no se distingue esta nota de posibilidad, cuando se da rienda suelta a la ensoñación perdiéndose del faro del sentido vital, es cuando surge la primera nota de locura prematura.
Lo sano, es estar abierto al mundo una vez se ha regresado de la soledad, del retiro hacia el fuero interno. De ahí que se diga que la interacción entre hombre y mundo-vida, es intermitente. De la misma manera en la que la locura juvenil no se manifiesta sino a través de ciclos (llegando cada vez más a la permanencia en el individuo), el hombre está en una constante negociación del precio que significa su particular forma de felicidad. Este “regateo”, dialéctica que tramamos para no quedarnos fuera de lo posible, es propiamente el significado de vida.


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