martes, 21 de junio de 2011

DE COMO UNO LOGRA LO QUE QUIERE CUANDO SE DEJA ARRASTRAR


No existe una voluntad de poder y una voluntad de sometimiento. Se dice que esta última es la más difícil de conseguir puesto que, en medio de la primera y de la falta de voluntad, equilibra la tensión surgida entre la mediocridad y el supremo esfuerzo estéril de superarse a sí mismo. Aunque es verdad que Nunca uno se supera a sí mismo, hay que entender bien qué significa esto.




La genialidad, lo excepcional es circunscribirse a las limitaciones propias. Voluntad de poder es: energía que se quiere a sí misma, dación del sentido propio al objeto. Pero las cosas tienen un sentido oculto, en realidad. Prueba de lo anterior es el hecho de que el mundo nos aplasta, de que la muerte es invencible.




El deber humano general es abrir la puerta del ser, cruzar el umbral. La ética es un pasillo que nos hace transitar a lo deseado. La relajación lo es todo en este no-lugar, en este estado de metamorfosis.




Sabido es que “voluntad de poder” es la metafísica de la repetición infinita. Pero esto es un contrasentido: lo que se repite infinitamente adquiere permanencia, es decir, sustancia, Ser. De ahí su estatus de metafísica. Por ello es inconcebible que un ser tire hacía sí mismo realizando lo que ya fue. Pero eso sólo es en el plano formal, de la ciencia.




¿El intento de superación del ser forma parte de éste? Sin duda alguna. De otra forma no tendría sentido lucha alguna, puesto que no existiría. Toda ética es absorbida por la metafísica ya que ésta se refiere a un estado de cosas permanente… y esto incluye al porvenir. El ser no es lo presente, dado que el presente es transición. Tiempo es: condición de juicio y de deber moral. En el presente no existe lo bueno ni lo malo, libertad o sometimiento, en el presente no existe nada. Es la consciencia la que, inclinándose a lo ya sido, crea los valores y los proyecta hacia el porvenir. Todo valor es: modalidad de redención.




“…O de cómo se llega a ser quien se es”. La ética es la expresión del ser, su color, la superficie que absorbe y que rechaza. Ésta varía, y es a lo que le llamamos “posibilidad”. La contingencia es, por consiguiente, la cualidad del ser producto de una inclinación hacia los valores, el desarrollo de la contingencia como parte del ser en tanto éste se suspende de la consciencia.




Bueno, todo lo anterior no me sirve más que para emitir el siguiente axioma:

ANTE LA CAMINATA DE LA SEDUCCIÓN, DA EL PRIMER PASO,
TU CUERPO SE ENCARGARÁ DEL RESTO.







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