9 de septiembre de 2011
Señoras y señores, buenos días por asistir de nueva
cuenta al foro. Disculpen la tardanza, pero por causas mayores a mi incumbencia
no me fue posible asistir con puntualidad a nuestra cita. Ruego me disculpen.
Para empezar quisiera recordar de manera veloz
algunos de los tópicos que abordamos ayer. En primer lugar, para un inicio
rápido se comparó al cristianismo con el budismo, llegando a las siguientes
conclusiones:
1.- El budismo carece de revelación escrita. Esto
hace que la doctrina sea autocrítica y siempre en continuo perfeccionamiento,
además de excluir cualquier forma de ortodoxia y herejía.
2.-El budismo no considera dentro de sus
apreciaciones a ninguna entidad semejante al Dios cristiano.
3.- El budismo no pregona el amor como método
principal de plenitud en el mundo, sino a su contrario: al desapego.
4.- El budismo cambia radicalmente el punto de vista
del principio de identidad y postula al principio del origen condicionado como
la base de toda forma de apreciación de la realidad.
También explicamos, o tratamos de explicar, en qué
consistía la noción básica del budismo, la del vacío, en donde pudimos concluir
que se trata de un no-lugar, en ningún sitio en donde se tiene la experiencia
de la iluminación, es decir, de acceso al Nirvana. Como tal, esta experiencia
está vedada a los sentidos mismos, y, sobre todo a la consciencia. Quien accede
al Nirvana no puede hablar de él, de la misma forma en la que el Buda nunca
dijo palabra alguna sobre el asunto pues sabía que en nada ayudaba al progreso
espiritual de sus seguidores.
Pues bien, hoy toca el tiempo al segundo de los
conceptos que me han parecido relevantes para asimilar un poco más de lo que es
esto del budismo.
2.- De la compasión (Karuna)
Uno de los conceptos más difíciles de comprender, y
no porque no sepa en qué consiste, sino porque siento que rompe con el espíritu
del budismo, es el de la compasión del Bodhisattva. Este, y así lo expondré
para contrastarlo con el que considero es el correcto, es un tipo de compasión
de tipo empático. Desde luego que no por eso entiendo compasión. El concepto
parecen entenderlo los demás de muy otra forma y como casi exclusivo del monje
que ha renunciado al Nirvana. Pues en realidad no veo cómo alguien pueda
renunciar a algo y a la vez tenderle la mano a los no conocedores del camino a
la iluminación. Recordemos que uno de los rasgos del Nirvana es que ha dejado
su impronta en la serenidad y respuesta pacífica del iluminado.
¿Qué debe entenderse por el concepto del
“Bodhisattva”? Nótese que dilucidar sobre esto es mero pretexto, lo utilizaré
como modo de acercarnos a la noción de Compasión budista.
Pues, el Bodhisattva es, en primer lugar, un término
que se aplica a un iniciado en las prácticas, conductas y actitudes budistas y
que ha renunciado al Nirvana con el propósito de llevar el mensaje del Buda al
resto de los demás hombres. Es un activista del budismo desde su aspecto
religioso, y promotor de los principios de éste como forma de solución a los
problemas del mundo actual. A mi juicio esto habría que analizarlo bien, pues
de entrada no parece encajar en los principios del budismo.
La empatía es el instrumento mediante el cual el ser
humano accede a la vida del otro comprendiéndolo como prójimo. ¿Qué es este
concepto de “prójimo”? Pues mirar a los demás como a sí mismo…reconocer a otro
como a igual, como perteneciente a la gran familia que es la raza humana. Esta
noción es la básica para la estabilidad política y social dentro de una
organización de hombres libres. Sin embargo no es de sustancia ética. La ética
es la congruencia de nuestros valores con aquellas acciones que realizamos. Si
media un sesgo, un poco de espacio entre uno y otro, pues entonces estamos ante
una persona que se está comportando de manera no ética.
Pues resulta que en occidente la empatía es el non
plus ultra de la actitud ética y cívica en los individuos. Sin embargo,
permítaseme el error quizás, la compasión budista es casi una lástima por la
condición de lo viviente, no una consideración “emocional” e “intelectual”
hacia los seres vivientes. Sí. Lo
repito: es una lástima, un sentimiento de pena, de vergüenza, de piedad.
¿Habéis visto a un hombre a mitad del campo de batalla pedir por su vida?
Absolutamente desprovisto de dignidad alguna, solloza y pide compasión. Se dice
que la compasión está ligada a la capacidad empática de la persona. No es así.
El concepto de empatía surge como explicación para explicar algo que de hecho
ocurre: la fuerza de poder de uno contra la indefensión de otro. A mi parecer
el concepto de compasión es un eufemismo, con el obvio sentido de ocultar la
naturaleza del budismo de harto sentido personalista.
Ahora bien… (Luego regresaré sobre lo anterior)…ahora
bien, esto lo digo porque tiene su razón de ser. Me parece que no tiene nada
qué ver con el cristianismo, o muy poco. Esta razón, este motivo por el cual
digo lo anterior, está relacionado con el concepto de desapego y, sobretodo,
con el de dignidad. Muy poco se ve de esto una esencia ligada al alma misma de
oriente. El buen nombre, el prestigio, el honor, la lealtad, estos valores muy
samuráis, si se quiere, son todos deudores de la sensación de compasión…y es
que, si se analiza claramente, todo lo visto por el Shakyamui antes, cuando era
apenas un incipiente alma en vías de la iluminación, en todo ello está presente
las tinieblas del error, de la tragedia, del profundo caos que gobierna el
mundo. Decir “todas las cosas están bien” no significa que porten la luz de la
inefable paz del Nirvana, del vacío. No: todo ello hiede a carroña, a
putrefacción, a una enfermedad que mina y nos postra al suelo. Recordemos que
la ecuación es muy sencilla: Dolor menos deseo igual a perfecta paz.
Ingrediente sine qua non del deseo, es la ansiedad por ver que las cosas
terminan, que no pueden ser de otra forma. La paz del vacío es: todo ello,
aunque está allá, aunque posee un orden en sí mismo válido, no es más que un
dolor, que la vida es un dolor, todos los frutos que llevan el sello de lo
vivo, es un dolor. En la nada por lo menos dormimos (recordemos que a la nada
la hemos identificado con la muerte). Es mejor estar muerto que vivo, pues en
la luz ilusoria de la vida alimentamos sueños hacia un futuro que no existe,
por eso creamos vidas en el más allá, concebimos religiones que nos prometen
una vida eterna, un lugar en donde caminaremos y correremos libres en campos
dorados… ¿Qué sé yo? Pero pues sabemos que ese es el fruto favorito del deseo,
de las ansias por vivir, por perpetuarse y ser libre.
Se me ocurre una ilustración para lo que acabo de
decir. Imagínense un matrimonio que se ha tenido que divorciar por razones
inincumbibles… (no sé si existe ese término)…por razones que no nos
importan…bueno, resulta que tienen un niño de apenas…¿qué se yo?... de seis
años, por ejemplo, y el niño ha tenido que sufrir esta separación aunque no ha
visto ni oído nada sobre peleas, discusiones, etc. Pues resulta que sus padres
por el bien del menor han decidido llevar la fiesta en paz. Por razones
bastante naturales pero extraordinarias, el niño sabe que sus padres no pueden
estar juntos, que están peleados, que no se pueden llevar bien. Aquí no se
puede evitar pensar en que el niño se siente culpable pues, increíblemente sabe
que él es el lazo que une a dos personas que, incluso, se aborrecen… ¿entienden
esto? ¿Entienden el dilema del menor? Es como si se sintiera él mismo una
cadena que ata a dos almas que no quieren ni verse. Esta condición, este lazo,
es como una especie de máquina de tortura, y no puede el niño dejar de saberse
ese verdugo, ese inquisidor; preferiría no ser, no haber nacido, pues una
pareja de seres que conciben a un tercero es porque se aman y que uno nace
cubierto por esa aura de amor…pero resulta que estos dos, no se aman y que,
incluso nunca se amaron. ¿Les parezco que exagero? No, no me parece a mí. Pues
fíjense, que se le hace mal a un niño cuando los padres tienen problemas, que
no se llevan mal, que ya sea consciente o inconsciente le transmiten al niño
ese Karma…Ahora bien, aquí va mi quid…pero se le hace más mal (perdón el
horroroso pleonasmo), se le hace un mal superlativo al menor cuando los padres
se llevan tan bien que, incluso, conviven como si nada pasara. ¿Cuál es el
mensaje que se le transmite al menor? Que sus padres se aman y que…en cualquier
momento pueden regresar, puedan ser una pareja, a lo que se era antes, a ser de
nuevo una familia junta, cercana con papi y mami amándose profundamente. Pero
eso no es así. Simplemente ambos padres han buscado la forma de armonizarse
aunque sus almas se encuentren distantes la una de la otra mil años luz. Pero
el niño no lo cree así, sino que en su pequeño gigante corazón alberga la esperanza
de que su padre regrese a casa y que su mamá no tenga por qué seguir
llorando…Nada más de pensar en esto, se me cierra el corazón…
Pues esta ilustración se me hace semejante a lo que
sufre el hombre cuando observa al mundo y ve que, aunque la vida es un infierno
real; el pasto es verde, el sol y sus flores son amarillas, que el árbol es un
titán que nos guarece tanto del frío como del calor, que las estrellas nos
guían en la noche oscura, y que el mar surge como un espejo del alma,
emparentado con el cielo, embravecido contra todo lo que nos quiere
aplastar…Todo esto es bello y terrible, alto…muy alto, como la mirada de un
niño sin madre ni padre…Pues bien, todo ello, me parece muy, muy, pero muy
infortunado. ¿Les ha parecido así? Decir que la vida no se la siente en su
profunda realidad si no es advirtiendo la terrible verdad de su error cósmico,
representa decir una profunda verdad. O mejor dicho, ¿del caos que introduce en
el universo todo? Si usted piensa que exagero, que no estoy más que haciéndole
al teatro, siendo dramático, como se dice, pues entonces usted no tendrá un
solaz tan grande como el tamaño de su dolor se lo exige. Más feliz es quien
mucho ha sufrido. Y no es que se trate de un dolor exagerado…todo dolor, esto
lo he dicho en repetidas ocasiones, es real, y es grande. No ser condolente, es
vivir en la falsedad de lo superficial. La vitalidad, la alegría, todo eso
pasa…ya saben, al final del camino el joven Gautama vio a un viejo, a un
enfermo, a un muerto… ¿se requiere mayor prueba para advertir la falacia de
este mundo, su supuesto éxito y gloria? Me parece a mí que es claro el origen
del concepto de compasión.
¿Qué hace el Bodhisattva? Convertirse en un promotor.
No es más para mí más que eso. Es muy respetable su labor, pero me parece aún
más respetable aquél que ha procurado para sí mismo la paz absoluta de verse
absorbido por el Nirvana. Hacer proselitismo puede lograr que otros alcancen la
iluminación, pero esa forma de sacrificio no tiene cabida en un proceso en la
cual el devenir es la esencia de paso de una forma de realidad a otra. Estoy
hablando de la metempsicosis, de esto de la transmigración de las almas, en
donde las posibilidades de libertad del hombre, por así llamarle, se encuentran
reducidas a su nobleza e inteligencia innata. Uno nace con una fuerza propia, con un carácter que ya
está terminado. No hay más. La chispa que de vida en vida, de luz en luz, ha
logrado estar cada vez más cerca de la anulación de las encarnaciones, en vano
podrá voltear la mirada hacia atrás; por más que quiera sentir nostalgia por
las cosas contraviniendo el desapego, no podrá pues es superior a la vida y a
todas las cosas que el hombre tiene en buena estima. Estoy diciendo que un alma
que ya está cerca del Nirvana, es decir, de romper su cadena de
reencarnaciones, no podrá hacer tal, ya que la misma energía que lo compone por
una fuerza de gravedad invencible, será alcanzada por una fuerza superior que
lo arrastrará a la nirvanización. Con esto no quiero dar a entender que todo
ser que está cada vez más cercano a la plenitud termine por alcanzar al Nirvana
de manera automática. No.
Se dice que el buda después de morir, tuvo algunas
otras reencarnaciones más. Pues esto me parece contradictorio. ¿Alcanzó o no el
Nirvana? Si lo alcanzó entonces no tiene por qué reencarnar de nueva cuenta. Y
si no lo alcanzó pues, obviamente no es el Buda. Al respecto se dice que Buda
es un Bodhisattva pues cada determinado tiempo vuelve a la vida a pregonar las
verdades del budismo. Dentro de esta lógica cabe ser el Buda y seguir
reencarnando. Estoy hablando, como se pueden dar cuenta, del Dalai Lama, quien
cada determinado tiempo es la reencarnación del Buda. Resulta que, si se
entiende en los términos de esta noción, pues se pueden sacar más de una
conclusión: El Buda no ha alcanzado el Nirvana puesto que de ser así, ya no
podría liberarse de la vacuidad. Si ha alcanzado el Nirvana, no podría seguir
reencarnando indefinidamente como bodhisttva. Yo pienso, como he dicho antes,
que no se tiene porque no alcanzar el Nirvana y seguir con la diseminación de
los principios del budismo. De todas maneras me parece que es más coherente con
el espíritu del budismo la no reencarnación de Buda y la proyección del Lama
como un Bodhisattva más, a la medida de Maitreya, por ejemplo. A mi juicio las
reencarnaciones del Buda no existen.
Otro punto en contra de la idea del Buda reencarnado,
es el hecho de que generalmente diseminar el budismo lleva consigo hacer una
serie de prácticas que terminan por volverse terriblemente vanas.
Las celebraciones de mayo de la iluminación del
Shakyamuni, la puya de septiembre, o las colectas Karuna, son una expresión de
los adeptos del budismo por obtener presencia en un mundo alejado de la verdad
verdadera. ¿O no? Veo también que dado que la realidad es tan nada como lo es
el vacío pues es más fácil que lo superficial se mire a sí misma como tal a diferencia de
quien ha pretendido ser no vacío, profundo, denso.
La compasión entonces, es esta forma de promoción del
budismo, como una especie de predica, de alzar la voz para convocar a las
consciencias. De ninguna manera yo podría decir que la acción del budismo o de
la práctica espiritual según los principios dejados por Buda, significa ir en
pos de la salvación de los hombres o cosa similar. Insisto en este punto, no
hay gente ni mala ni buena, y, aún más profundo, no existen acciones malas o
buenas, solamente un principio de retorno y germinación de acciones como si de
una manera energética se tratara. Este retorno energético puede ser comprendido
de una forma complicada a través de la lucha dinámica de los elementos que
componen al mundo, o bien, a la manera de un quehacer que tiene sus propias
reglas de expansión…pero bueno ese es otro tema. Lo que sí nos debe quedar
claro es que el voto especial del monje que se ocupa en las cosas del mundo no
forzosamente está peleado con una renuncia a alcanzar el vacío. Desde luego
esto tiene sus incomprensiones. Por ejemplo. Se me podrá argüir que la razón
por la cual es imposible ser un iluminado y a la vez un Bodhisattva, es que el
iluminado al fundirse en la vacuidad se despersonaliza y esto no puede ser
llevado de regreso a la tierra. Esta sería la objeción más grande y digo que
tiene parte de cierto. Una de las características del iluminado es su
despersonalización total. Cuando nos toque hablar de la transmigración, veremos
que en cada ciclo de nacimiento de la energía que compone a los hombres, se
presentan despersonalizaciones parciales y que poco a poco tienden a
desaparecer al individuo…estoy hablando que dentro de la historia natural y
humana, cada vez se tiende a la desaparición de la individualidad desde el
punto de vista de lo espiritual. Es decir, al descubrimiento de la unidad del
todo. Esto, ya para terminar pronto con este paréntesis, hace que la práctica
del budismo esté estrechamente relacionado con el respeto a todas las demás
formas de vida. Todos somos energía.
Bueno pues, les decía…que la despersonalización lenta
y gradual del practicante del budismo, llega a un punto tal en que es
irreconocible cualquier rasgo propio, de algo que nos indique que estamos ante
una excepción, algo único e irrepetible, un sujeto personalísimo. Este
vaciamiento de la personalidad es lo que funda la suprema virtud del budismo.
No sé a ustedes, pero el hecho de desaparecer por completo y a su vez
sobrevivir de una forma en la que nuestra razón no alcanza a comprender,
significa la más bella forma de un estado de perfecta paz. La condición, el
espacio, la dimensión en la cual nuestra totalidad abarca lo todo y viceversa,
consiste en esto precisamente, en desaparecer, en dejar el egoísmo a un lado,
el de ocuparse en un todo presente que no puede cambiar y que solo lo
intentamos cambiar a la medida de nuestro ímpetu por sobresalir. Aspirar a la
santidad, al heroísmo, a la sabiduría, se torna ridículo si lo comparamos con
la aspiración a fundirse en un todo, a desaparecer.
En este sentido me da risa como cierta denominación
religiosa del cristianismo al cual no le conviene creer en el concepto de
infierno, invente que a los malos Dios los elimine. Estas religiones no se
percatan aún de la coherencia absolutamente moral que significa aceptar que un
mundo intrínsecamente equivocado tenga que ser eliminado por completo. El mal
del hombre y de toda la naturaleza está en sí misma, su presencia, su ser es un
error. ¿Qué se hace en estos casos? Arrancar el problema de raíz. Luego,
alcanzar el Nirvana no es más que aceptar que no somos, que nunca hemos
existido, que no hemos sido más que el despliegue de una gran farsa.
Pues me parece que esto es una muestra de gran
desapego, de una acción superlativa, esto de, no de purificarse, como si
pudiésemos contrastar lo malo de una parte de nuestro ser, sino de eliminarse a
sí mismo de forma voluntaria. Esto significaría que aún queda algo bueno. Para
el budismo, al no existir ni buena ni malo, solamente nos queda la pura
individualidad la que, por supuesto, no es más que una mentira. Una parodia de
ser. Una alucinación recalcitrante. Un espacio vacío. Somos nuestra propia
confusión. El budismo, según lo que he explicado es la liberación o una ayuda
para liberarse de sí mismo.
Quiero hacer mucho hincapié en el hecho de que la
compasión es la entrada al reconocimiento de la necesidad de despojarnos de
nosotros mismos, es decir, de reconocer que no somos nada. Si somos pura
ilusión la sabiduría elemental habrá que hacerla consistir en aceptar que tarde
o temprano dejaremos de existir. Esto ya lo había dicho en otro lugar…no sé
ustedes pero la grandeza, lo más grande, eso que no es ese, ni quien, sino
algo…eso que nos va poco a poco engullendo hasta llegar al fondo de sí mismo en
donde estalla y es borrado, todo ello representa la superioridad contra la
muerte y la perfecta presencia de lo vacío. Pasará todo lo que es nuestra vida,
esto que soy yo, con todo y su miedo a la muerte…consciente de la majestuosidad
del universo, sus estrellas, sus galaxias…de repente nuestra consciencia se
apagará ante el supremo hecho de que no somos más que puro polvo…lo veo
claramente, no se trata de ninguna fe, es claro que así será, que nos
diluiremos en ese mar sereno y que alcanzaremos la perfecta paz.
Bueno, pues para terminar con este punto, me gustaría
que me hicieran preguntas respecto de esto que acabamos de comprender.
Bueno…¿nadie?...Eso quiere decir o que lo entendieron
muy bien o que no entendieron nada…Supongo que al fin y al cabo es lo
mismo…Bueno, felices tardes y hasta luego.
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