miércoles, 12 de julio de 2017

LA DESOLACIÓN ETEREA




Todo sobre Lily Chou Chou





A Gigi

«Las cosas que aprecias, amigos, familia, amores, son las que más daño te hacen; vives con eso. Por eso tenemos el Éter, un lugar de paz eterna; eso es el Éter.
De: Les Paul.»


Mientras redacto esta entrada escucho el soundtrack de la película: https://www.youtube.com/watch?v=OXPZo6mKctw

1. Reload

A 16 años de ser filmada, su frescura y capacidad de interiorización nos resulta asombrosa: ¿puede existir filme japonés que con mayor brillo cautive por su mirada hipersensible según le corresponde con justeza al drama adolescente de crecer?  No hay nada que no nos resulte cercano, intimista y crudo: desde la pequeñez promiscua de las habitaciones de las clases bajas japonesas hasta la claustrofobia experimentada en espacios amplios de las zonas conurbadas de Tokio en los campos de arroz «ese verde estéril» (en un oximorón adolescente inconfesable) y otros paisajes más que posteriormente anotaremos.





Los contrapuntos son fantásticos: el musical de la complejidad romántica de Debussy y la música pop minimalista de la estrella japonesa ficticia Lily Chou Chou (a quien le presta atinada voz la cantante Salyu), la complejidad del ciberespacio multicultural y repleto de chicos asombrosos y la soledad devastadora de una adolescencia incomunicada (su lacónico rostro de Yuichi, casi mudo; su exuberante retórica como administrador de la página web); la explicación de la carrera musical de Lily cuando se decide separarse de su grupo («Philia») del que formaba parte justo en el momento en el que la antigua pandilla de Yuichi lo humilla y golpea; la pequeña casa de Yuichi que casi tiene el tamaño del cuarto de Hoshino; el viaje a las islas Okinawa y su densa selva marina filmada con una cámara de baja calidad, en contraste con las límpidas imágenes citadinas; desde luego la transformación de Hoshino de un nerd burgués a un desalmado jefe de pandilla y proxeneta sin escrúpulos, aunque esto cae más bien en las dialécticas propias del filme: el «arabesque» original de la canción de Lily, pasando por la rauda ejecución del tema homónimo de Debussy, la isla «Aragusuku» tema de una canción antigua entonada poco antes del momento de que Yuichi pasara a ahogarse, de mismo nombre que una de las islas que visitaron ese verano de 2001 «año que marca el inicio del apocalipsis» según Yuichi.



Pero ningún contrapunto tan peliagudo como la existente entre la apariencia ingenua y juvenil -a lo manga- de esos rostros y sus tribulaciones internas, grotescas, humillantes, crueles y absurdas. La risita cómico infantil ocultando sanguinarias intenciones, envidias oscuras y un afán de llevar todo a las últimas consecuencias.



2. Vía negativa

Todo sobre Lily Chou Chou no es un filme moral (aunque claro puede y debe dar a luz discusiones). No es un filme hedonista (aunque esté repleto de deliciosas imágenes de un millón de matices y un soundtrack excepcional). No es un filme antropológico ni psicológico, no hay sociología, no hay filosofía, su poesía es la necesaria y sus diálogos son prácticamente inexistentes. Su extraordinaria cámara inquieta y cierto desorden en el despliegue de los acontecimientos le dan un sabor de auténtica experiencia vital. Más cercano al documental o talk show, lo atractivo ni siquiera es la trama o el drama que exige ser liberado por el silencio de estos seres casi zombies que despiertan a la vida. Interesan sus esperanzas pueriles, sus personalidades románticas, su choque estrepitoso con una sociedad ciega, sorda, paralitica. Nos llama la atención acerca de cómo podrán continuar después de tanta mierda diferida.



3. Sinopsis


Yuichi Hasumi (Hayato Ichihara) es –presuntamente- «Philia» administrador del blogg del «Éter», un espacio en la web dedicado a reunir impresiones y comentarios sobre la cantante pop japonesa Lily Chou Chou, eje sobre el que giran los espíritus de una comunidad de jóvenes cada vez más atrapados en su densa psique encaracolada por el continuo choque con una sociedad que los repudia y recrimina.




Yuichi traba amistad con Shusuke Hoshino (Shugo Oshinari), un joven muchacho proveniente de otra escuela, de naturaleza introspectiva e inteligente, rico aunque roto por su separación de sus padres y una recién bancarrota de la familia a la que pertenece. Es él quien introduce a Yuichi en el mundo de Lily, de su música, su lenguaje, su mística. 


En compañía de otros muchachos, ambos amigos realizan un viaje a las islas Okinawa, en las cuales experimentarán una indecible felicidad y una ruptura: no sabemos qué se rompe en el interior de Hoshino, sólo sabemos que regresa diferente (Tal vez la muerte absurda del joven explorador que conocieron fortuitamente; el que casi haya muerto ahogado Yuichi). A partir de ese momento explotará sexualmente a la joven Shiori Tsuda (Yu Aoi), exigirá tributos monetarios y llegará a violar al objeto del interés afectuoso de Yuichi, Kanda Yoko Kuno (Ayumi Ito), por pedimento de otra chica del instituto, la envidiosa Sumika Kanzaki (Kazusa Matsuda), quien no tolera ni su belleza ni su inteligencia notable.





Resultando ya fuera de control la conducta del joven Hoshino (quien después nos enteramos que participa del blogg de «Philia» como «Blue Cat»), el grupo de jóvenes que integran la pandilla a instigación de Kanzaki, tramarán la muerte de Hoshino, terminando así la pesadilla viciosa de miedo y violencia que había sembrado.

4. Kokyu

Yuichi puede tomar de la estantería de cd’s, el disco de Lily sin pagar porque participa de un universo en el cual nada se vende ni nada se compra: el mundo etéreo de la libertad y la nada musical. Desde luego ni su maestra ni su madre (que lo cunde a ostias frente a aquélla y el profesor de educación física) pueden intuir el universo magnifico que se despliega en el interior del muchacho agobiado por las exigencias sociales y sus sentimientos cósmicos por los cuales se deriva conducta tan errática. Y no es una hipérbole: el adolescente, recién despertado a la consciencia, poseerá un instrumento de lucidez superior a cualquier otro, que le hará intuir el abismo absoluto que se abre frente a su persona, indefensa y vulnerable, finita y minusválida.



A lo largo del filme asistimos a una educación japonesa de primera nivel, con un énfasis impresionante en las artes y el deporte, pero aquejada de un problema de comunicación a profundidad. El método que sigue su director, Shunji Iwai (Hana y Alice, 2004; Carta de amor, 1995), es el uso de actores no profesionales, lo que le otorga al filme una atmosfera cuasi vacía, espesa y ausente, muy de acorde con el carácter espontaneo de las tomas y rodaje en cámara digital de alta definición.

Todo sobre Lily Chou Chou es una película totalizante, envolvente, que participa de múltiples ojos puestos en cada rincón de su propio mundo. Pasa con suprema facilidad del plano monodimensional del internet, al monologo/diálogo bloggero, así como se funde en una vacuidad en donde la renuncia al mundo es eficaz en lo musical, en la «sombra más intensa que proyecta una intensa luz».



Podría decir más al respecto de esta película que siento imprescindible. No sé si pueda servir de reflexión para fines de psicología adolescente o de interés para la pedagogía o algo. No lo sé. Lo que sí sé es que la experiencia a la que nos empuja es sublime. Su belleza y originalidad en la forma de desarrollo dramático, se funden como pocas veces he logrado ver en otras cintas. Se tiene la experiencia de la película, no hay nada que entenderle, no hay nada que decir de ella: se la vive y se le registra en el alma de manera definitiva.



P.D. Aquí puede verse on line la película, si queréis: http://www.cineasiaenlinea.com/all-about-lily-chou-chou-2001/

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